A mi madre con amor hoy quiero felicitar
y pedirle al Dios del cielo que le dé de su dulce paz,
¡Piensa que te abrazo fuerte! Iluminas mi camino,
por eso querida madre a ti te quiero conmigo.
Fui testigo de tus ansias de ayudarnos a crecer,
nada te quitó esperanza, ni tampoco tu quehacer;
como roble te sostienes, firme, siempre recta,
porque del cielo viene toda tu fortaleza.
Sufriste mucho en la vida, desde niña trabajabas,
pero sabes, madre mía, eso te llenaba el alma;
porque te preparabas para ser de gran apoyo,
a la hermosa familia que el Señor te encomendaba.
Tu semblante cansado yo miraba cada día,
te esforzabas por lograr las tareas en los afanes,
¡No logro imaginar cómo pudiste con tanto!
Pero supiste confiar en que Dios siempre te oía.
Madre le llaman a las que paren sus niños
pero verdadera madre es aquella, la que cría;
la que busca con esmero el bienestar de sus hijos,
entereza en su carácter los sostiene cada día
Aunque el mundo le ha traído muchas pruebas,
las enfrenta con denuedo, fortaleza y bondad.
Sus rodillas y sus callos siempre me hacen recordar,
que cada noche se postra para con Dios dialogar.
Hoy quiero reconocer el esfuerzo de mi madre,
que mantuvo valentía en medio de las batallas;
todas las ha ganado, pidiendo favor del cielo,
que mediante Jesucristo pueda soportar las pruebas.
Y cuando éste regrese le pondrá corona eterna.
A los pies de Jesús, Carmen Millie Rodríguez-Berríos